María, Reina de los Escoceses es tal vez una de las figuras más populares en la historia de Escocia. Nace en 1542, una semana antes de que su padre, Jacobo V de Escocia, muriese. Devastado por la derrota sufrida contra Inglaterra en Solway Moss. Inglaterra y Escocia eran viejos enemigos, sin embargo el nacimiento de María, es un punto de inflexión en la historia que traería esperanza y paz por un tiempo.
Casi al mismo tiempo, el rey Enrique VIII de Inglaterra tenía un hijo, Eduardo I, así es que vio la oportunidad de unir dos países con este casamiento arreglado.
Por otro lado, Escocia rompe el acuerdo y María es enviada a Francia en 1548 para casarse con el Delfín de Francia y asegurar así una alianza católica contra Inglaterra.
María Estuardo era Reina consorte de Francia, Reina de Escocia y tenía poderes para alcanzar el trono inglés. En 1561, el Delfín de Francia muere. María regresa a Escocia, una joven refinada, educada, cristiana y bella viuda. Escocia era oficialmente un país protestante después de la reforma de John Knox.
Desde que llega de Francia a Escocia, su vida fue una tragedia y un romance, más dramática que cualquier leyenda.
Había una enorme diferencia entre Inglaterra y Escocia. Inglaterra era mucho más rica y poderosa nación que su vecino del Norte. Su población de unos 3.5 millones, mientras que en Escocia era de unos 850,000. La maquinaria del gobierno estaba más centralizada y la cadena de comandos más eficiente.
Muchos Highlanders hablaban Gaélico. En las Lowlands o Cinturón Central de Escocia hablaban Scots o inglés, exacerbando diferencias culturales y religiosas. El Rey disponía de consejeros en el Parlamento, pero aunque el Parlamento escocés supuestamente representaba a todo el país, había una tendencia a estereotipar a los Highlanders como criminales.
En el siglo 16 hubo cambios radicales en la sociedad europea: el Renacimiento y la Reforma. El Renacimiento tuvo un gran impacto en arte, filosofía, literatura, arquitectura y ciencia.
La Reforma trajo una revolución dramática a la religión. El continente se dividía en dos facciones: católicos y protestantes. Estos cambios afectaron a la vida diaria.
Inglaterra tenía el temor de que los franceses utilizasen Escocia como base militar para una posible invasión. Inglaterra era un país protestante y enemigo religioso de la Francia católica.
En aquel tiempo se creía que hombres y mujeres tenían funciones sociales separadas porque Dios había creado a mujeres y hombres diferentes. El género jugaba un papel fundamental en la religión.
Las monarquías dinásticas traían alianzas para extender poderes. Los casamientos eran clave en las alianzas y María no era una excepción y especialmente ella que era importante en la dinastía.
María era una figura internacional y tuvo un papel fundamental en el significado del concepto de nación escocesa. Su influencia era importante, a pesar de ser una era dominada principalmente por la figura masculina.
Fue traicionada, secuestrada y manipulada por sus sujetos y decapitada en 1587. Ahora descansa en el antiguo sepulcro de los Reyes ingleses en la Abadía de Westminster.
Isabel I, Reina de Inglaterra murió en 1603. El gran logro y ambición de María durante su corta vida la llevó a la unión de las coronas inglesa y escocesa a través de su hijo, Jacobo VI de Escocia. Sería proclamado Jacobo I de Inglaterra.
Dos reinos independientes con diferentes ideas, gobernados por un solo rey.
A pesar de las tragedias y barreras, María triunfa finalmente. Ella decía: “mi final será mi comienzo”; “ Recuerden que el teatro del mundo es más grande que el tablado de Inglaterra”.
Cabe destacar la figura de esta reina como una monarca importante cuando la Reforma tomaba lugar en Escocia y definitivamente jugó un papel principal en la historia escocesa y británica. La unión con Francia en ese momento fue muy importante.
Incluso esta importancia supuso tal impacto que hoy en día su dramática vida es bien conocida, trayendo riqueza a Escocia a través de la literatura, cine o series de TV.