Edimburgo es una ciudad repleta de calles llenas de historia que la convierten en el lugar perfecto para perderse por cada uno de sus rincones mientras la recorres a pie. Pero, si hay una calle que destaque en la capital escocesa, es, sin duda, la Royal Mile de Edimburgo. Descubre en esta guía qué lugares no te puedes perder en la Royal Mile, uno de los lugares imprescindibles en tu viaje a Edimburgo.
Calle Royal Mile Edimburgo, ¿de dónde viene su nombre?
La Royal Mile debe su nombre, por un lado a su longitud. La calle más famosa de Edimburgo mide una milla escocesa antigua, una unidad de medida un tanto desconocida que equivale a 1.814,2 metros. Por el otro, comunica los dos castillos más importantes de la ciudad. En uno de sus extremos se encuentra el Castillo de Edimburgo, la residencia tradicional de los reyes de Escocia y uno de los monumentos más visitados del país, y, en el otro, el Palacio de Holyrood, la residencia real moderna.
Royal Mile Edimburgo, una calle dividida en 6 zonas
Aunque nos referimos a ella como una calle, en realidad es más bien una sucesión de calles sobre la que se construye la Ciudad Antigua. Por eso no es de extrañar que, a lo largo de ella, te encuentres con 6 zonas bastante diferenciadas.
Castlehill y Castle Esplanade
Son los dos tramos de la Milla Real de Edimburgo más cercanas al castillo de Edimburgo y, por lo tanto, los más antiguos de la ciudad. De hecho, durante la Edad Media se cuenta que la Castle Esplanade fue utilizada para quemar a brujas y herejes.
Actualmente, además de albergar algunas de las construcciones con más historia de la capital escocesa, es el escenario del Royal Edinburgh Military Tattoo. Un espectáculo que se celebra en el mes de agosto y donde se dan cita distintas bandas militares del mundo.
Lawnmarket
En los apenas 100 metros que tiene esta zona se concentran la mayor cantidad de tiendas de souvenirs de toda la Royal Mile. Pero no te dejes engañar por su apariencia turística, ya que esconde un par de lugares interesantes.
El primero de ellos es The Hub, una antigua iglesia gótica reconvertida en la sede del Festival de Edimburgo. También podrás visitar Gladstone ‘s Land, una casa del siglo XVII que ha sido reconvertida para las visitas o las oficinas barrocas del Banco de Escocia, situadas en Bank Street.
High Street
La Catedral de St Giles es una de las culpables de que esta zona se haya convertido en la más transitada de la calle Royal Mile de Edimburgo. Los pubs y tiendas que rodean la zona han terminado de hacer el resto.
Además de la Catedral, en High Street también podrás descubrir un par de enclaves turísticos con curiosas tradiciones detrás. Empezamos con el Heart of Midlothian, un mosaico que marca la ubicación en la que se encontraba antiguamente la cárcel de Edimburgo, y donde se ha convertido en tradición que los transeúntes escupan. Otro monumento es la estatua de David Hume, en el exterior del High Court. Prueba a frotar su dedo gordo, ¡dicen que da suerte en los estudios!
Canongate
Durante varios siglos, y hasta el año 1856, Canongate fue un burgo completamente independiente del resto de la ciudad. Por lo que, durante estos años, fue considerado un barrio de mala fama y sirvió como inspiración para muchas de las novelas negras sobre Edimburgo.
Hoy en día, y gracias a un exhaustivo proceso de rehabilitación, el barrio ha resurgido y tiene un ambiente totalmente diferente. Algunos de los lugares que encontrarás en este tramo de la Royal Mile de Escocia son el Museo Nacional de Edimburgo, el Canongate Toolboth, donde se encontraba el ayuntamiento local, o el Canongate Kirk en cuyo cementerio está la tumba del famoso economista Adam Smith.
En el cruce de la Royal Mile con Jeffrey Street podrás ver unos adoquines dorados que marcan el lugar donde se ubicaba la puerta de la ciudad. Esta zona era conocida como The World’s End, ya que se creía que quien salía por esa puerta nunca volvía a entrar. Precisamente ese nombre fue el que adoptó el pub que se sitúa ahí y en el que podrás disfrutar de una cerveza acompañada de algunos de los platos típicos escoceses.
Abbey Strand
El último tramo de la Royal Mile te conducirá hasta el Palacio de Holyroodhouse, un lugar impresionante tanto por fuera como por dentro que no te puedes perder en tu visita a Escocia. En esta última zona también podrás ver el Parlamento Escocés, diseñado por el arquitecto español Enric Miralles. Su construcción estuvo llena de polémica, pues muchos escoceses consideraban que su diseño vanguardista contrastaba en exceso con la estética medieval de sus alrededores.
¿Qué ver en la Royal Mile de Edimburgo? Otros lugares menos turísticos
Si te alejas un poco de las calles principales, podrás descubrir un montón de rincones llenos de encanto que completarán tu visita a la capital escocesa.
Los closes
Un paseo por la Royal Mile no está completo si no echas un vistazo a alguno de sus más de ochenta callejones estrechos, conocidos como closes. Lugares cargados de historias y leyendas que llenan de misticismo la ciudad.
Uno de los más conocidos es Mary King’s Close, uno de los principales focos de la epidemia de peste que asoló la ciudad en 1645 y donde se dice que se trató de sepultar a los enfermos.
Los jardines secretos
Si quieres escapar un poco del trasiego de turistas y del bullicio de la ciudad, la Milla Real de Edimburgo esconde unos cuantos pulmones verdes que bien merecen una visita. Estos jardínes se construyeron en el siglo XVII a petición de la aristocracia que buscaba un lugar tranquilo. A pesar del interés inicial, los jardines fueron poco a poco cayendo en el olvido hasta el siglo XX, momento en el que se decidió rehabilitarlos.
Algunos de los más bonitos son los de Brown’s Close, Trunk’s Close, Dunbar’s Close o Chessel Court.