Más de dos millones de visitantes al año eligen hacer una parada en el Castillo de Edimburgo durante su viaje a Escocia convirtiéndolo en la atracción turística más visitada del país. Diferentes estilos arquitectónicos, las vistas más increíbles de la ciudad, leyendas misteriosas y ser historia viva de Escocia hacen del Castillo de Edimburgo una visita obligada. ¿Quieres saber qué te encontrarás? Entonces acompáñanos a visitarlo en este post.
Cómo llegar al Castillo de Edimburgo
Si estás de visita en Edimburgo, es imposible no ver su castillo. Ubicado en el centro de la ciudad, en el extremo superior de la Royal Mile, el Castillo de Edimburgo es el protagonista indiscutible del paisaje edimburgués y el guardián de la ciudad.
Para llegar a él, la mejor opción es ir a pie y disfrutar del paseo y del paisaje. Pero, si lo de andar no es lo tuyo, también puedes optar por utilizar el tranvía y bajarte en la parada de Princess Street, la más cercana. Los autobuses locales que pasan por Mound y George IV Bridge también tienen paradas cerca del castillo.
Conseguir entradas al Castillo de Edimburgo
Si quieres visitar el Castillo de Edimburgo necesitarás comprar antes tu entrada. Puedes hacerlo directamente en el Castillo o, si prefieres evitar colas, a través de la página web de su oficina. También te recomendamos que aproveches para echar un vistazo a sus horarios.
Qué ver en el Castillo de Edimburgo
Además de la fortaleza en sí, el Castillo de Edimburgo esconde detrás de sus murallas una gran cantidad de edificios que, sin duda, merece la pena conocer para descubrir un poco más de la historia de Escocia.
Puerta de entrada
No hace falta irse muy lejos para empezar a maravillarse con el castillo de Edimburgo. Su puerta de entrada, flanqueada por las estatuas de Robert the Bruce y William Wallace, y su espectacular fachada de piedra son tan solo una pequeña muestra de todo lo que podrás encontrar en su interior.
Si traspasas esta puerta y sigues hacia la calle principal llegarás a la Portcullis Gate, una puerta construída en el siglo XVI tras el asedio de Lang. Justo encima de esta puerta te encontrarás con la torre de Argyle y, un poco más adelante, verás los cañones de Argyle y Mills Mount. Te recomendamos que pares un rato y disfrutes de unas de las mejores vistas de la New Town de Edimburgo, ¡una maravilla!
Capilla de Santa Margarita
En la parte más alta de la colina Castle Rock se encuentra el edificio más antiguo de toda la ciudad: St Margaret ‘s Chapel. La capilla, dedicada a la princesa Margarita (esposa del rey Malcolm III), es de estilo románico y se cree que pudo ser construída en el siglo XII. Con la Reforma Protestante cayó en desuso pero, por suerte, a finales del siglo XIX se restauró.
Hoy en día es una parada obligatoria en cualquier visita al Castillo de Edimburgo que destaca por sus arcos ornamentados de piedra y sus pequeñas pero coloridas vidrieras.
Mons Meg y los distintos cañones del Castillo
El Castillo de Edimburgo está repleto de majestuosos cañones que se encargaban de defender la fortaleza. Uno de los más importantes es el Mons Meg, uno de los cañones de asedio mejor conservados del siglo XV. En sus orígenes, el cañón tenía una longitud de quince pies y pesaba más de quince mil libras. Durante mucho tiempo se utilizó en diversos enfrentamientos hasta que, en 1682, explotó de forma accidental.
Y hablando de cañones…no podemos olvidarnos del One O’Clock Gun que, como su propio nombre indica, sirve para marcar las 13 horas. Una tradición que comenzó en junio de 1861 y que todavía hoy se sigue manteniendo con excepción de los domingos, el Viernes Santo y el día de Navidad.
Palacio Real
Durante el reinado de Jacobo IV, a mediados del siglo XV, se empezó a construir el Royal Palace. Sin embargo, no fue hasta el año 1617 cuando se empezaron a proyectar las residencias reales y habría que esperar a 1671 para ver el Laich Hall, el gran salón para recepciones.
En el primer piso podrás visitar las salas destinadas a proteger los Honours of Scotland, las joyas de la Corona escocesa y las más antiguas de toda Europa. Constan de la Corona, la Espada del Estado y el Cetro y tienen detrás una curiosa historia, ya que habían permanecido en el olvido hasta que Walter Scott las sacó a la luz en 1818.
Otro de los grandes símbolos que podrás ver en la exposición es la Piedra del Destino, utilizada en las ceremonias de coronación de los reyes escoceses. Como dato, la piedra fue sustraída por el rey Eduardo I de Inglaterra en 1296 y se mantuvo en la abadía de Westminster de Londrés durante siglos hasta que, en 1996, fue devuelta a tierras escocesas.
Sótanos del castillo
A lo largo de la historia del Castillo de Edimburgo sus sótanos desempeñaron diferentes funciones: cárcel, almacén, panadería… Hoy en día se utilizan para una exposición que recrea cómo era la vida de los prisioneros del siglo XVIII y principios del XIX.
Museo Nacional de la Guerra
En el extremo oeste del Castillo de Edimburgo, en lo que antiguamente había sido un hospital, se encuentra este museo dedicado a la historia militar del país desde el siglo XVII hasta prácticamente la actualidad.
El museo forma parte de la red de los Museos Nacionales de Escocia y contiene exposiciones de todo tipo de objetos relacionados con la guerra como uniformes, armas, pinturas, retratos… De vez en cuando también se aprovecha el espacio para realizar exposiciones temporales que merece la pena visitar.
Además, dentro de este mismo edificio se encuentra el mirador del Castillo de Edimburgo. Un lugar desde el que podrás disfrutar de unas increíbles vistas de toda la ciudad.