La Segunda Guerra Mundial es un conflicto muy reciente que todavía se siente en muchos de los viajes y tours que se realizan en Escocia.
Adolf Hitler era uno de los hombres más perturbadores de la historia moderna. A través de su discurso, su capacidad de sugestión y liderazgo aprovechó determinadas circunstancias sociales. Consiguió asesinar a millones de personas con el consentimiento de gran parte de la población civil. Una guerra que desarrolló adelantos tecnológicos y a la postre, adelantos en materia de derechos humanos y por supuesto muerte y destrucción.
Trataré de sintetizar, desde la visión escocesa, un conflicto que militarizó a unos 100 millones de personas, dejando un rastro de 60 millones de muertos. Un conflicto que deja una herida difícil de cerrar en el Reino Unido. En Escocia no toma un dimensión tan profunda pero si hay hechos que marcarán el transcurso de la segunda guerra mundial. El Reino Unido empleó a 2,8 millones de soldados en la guerra, un 10% eran escoceses. Murieron unos 34.000 soldados escoceses en este baño de sangre.
Una de las unidades más populares fue la 51ª División de Infantería de las Highlands que luchó en varios frentes y siempre se las arreglaron para empacar las gaitas y la “Saltire”, la bandera escocesa. Entraban en batalla tocando la gaita como en los viejos tiempos. Llegó a ser como un Ejército Nacional Escocés y un icono.
El 1 de septiembre de 1939, Hitler invade Polonia, dos días mas tarde Francia e Inglaterra le declaran la guerra.
El primer ataque sobre suelo británico se da en octubre de 1939, en el Firth of Forth (en el estuario de Edimburgo) por parte de 9 aviones alemanes. Fue una sorpresa en la que ni llegó a haber una alarma sonora. El objetivo era la base naval de Rosyth, dañando 3 barcos y causando varias muertes y heridos.
Rápidamente se lanza una defensa con dos escuadrones de aviones de aeródromos cercanos y baterías anti-aéreas dispuestas sobre la zona.
Un pesquero local que se encontraba faenando en la zona recogió dos supervivientes alemanes en el mar. Estos serían parte de los primeros aviones alemanes derribados en suelo británico.
En los momentos del bombardeo, hacía su ruta un tren que se dirigía hacia el Norte y que pasaba por el famoso puente metálico Forth Bridge , que no sufrió ningún daño en el ataque. La ciudad de Edinburgh no llegó a resultar dañada durante la guerra.
En 1940 comienzan los racionamientos en Inglaterra y Winston Churchill llega a ser primer ministro, en el mismo día que Alemania invade Francia, Holanda y Bélgica, en la denominada “guerra relámpago”.
En este año ocurre la Batalla de Inglaterra, una gran batalla en cielos británico sobre el Canal de la Mancha, entre los Spitfires de la RAF (Royal Air Force) y los escuadrones de la Luftwaffe. Una victoria decisiva que salvó al Reino Unido de una invasión alemana, y que cambiaría el curso de la segunda guerra mundial por completo. Churchill llegó a pronunciar «Nunca en el campo del conflicto humano, tanta gente le debió tanto a tan pocos», haciendo referencia a la heroica actuación de los pilotos de la “RAF”.
Spitfire” significa “fierecilla”, una persona apasionada y feroz. En este caso el avión era un caza monoplaza, muy efectivo, rápido, con motor Rolls Royce, y la columna vertebral de la “RAF”. Hay uno de estos modelos en el museo Kelvingrove de Glasgow. En nuestro Panorámico Glasgow hacemos parada en este interesante museo, dónde además de obras de arte, veréis este modelo que estuvo en funcionamiento 3 años.
Siempre se recuerda la devastación que sufrió Coventry en Inglaterra, o Londres y sus constantes alarmas de ataques aéreos. En Escocia cayeron bombas alemanas en numerosas ocasiones. En Glasgow, Aberdeen y Dundee se encontraban las factorías, hangares de construcción de aviones, minas de carbón, astilleros, suministro de mercancías a los barcos, una maquinaria de guerra a pleno rendimiento.
El radar que conocemos hoy en día fue creado en 1935, desarrollado en mayor medida en Inglaterra, en una atmósfera prebélica, y mejorado durante la Segunda Guerra Mundial, dando una ventaja técnica muy grande con respecto a las fuerzas alemanas.
Diseñado por el físico Robert Watson-Watt (1892-1973), nacido en Angus (Escocia). Descendiente de James Watt, otro escocés, inventor de la máquina de vapor, el gran invento que movió la Revolución Industrial.
James Clerk-Maxwell, nacido en Edinburgh (1831-1879). Físico muy importante que unifica los fenómenos eléctricos y magnéticos en una teoría: electromagnetismo. Asienta las bases para la invención del radar, que emite ondas electromagnéticas para calcular distancias, altitudes, direcciones y velocidades de diferentes objetos estáticos o en movimiento, ya sean aviones, barcos o vehículos.
La Segunda Guerra Mundial en Escocia se padeció principalmente con los bombardeos en el área de Glasgow y orillas del Clyde. Según algunas fuentes, en este área perecieron más de 2.000 personas entre 1941 y 1942, llegando a haber en dos noches casi 500 bombarderos alemanes sobre el cielo de Glasgow. El balance final fueron unas 48.000 personas sin casa, la mayoría de ellas trabajadores de los astilleros que vivían cerca de éstos.
Glasgow llegó a tener la factoría más grande de máquinas de coser Singer con 11.000 trabajadores. En el transcurso de la guerra se paraliza la producción y se dedican a suministrar municiones, orugas de los tanques y armas.
En lugares más lejanos, al Noroeste de Escocia, cabe destacar Stornoway (Isla de Lewis, Hébridas exteriores) que fue una de las bases de la “RAF” de aviones anti-submarino, y usada también para repostaje y combustible de aviones transportados a través del Atlántico. El Castillo de Lewis fue usado como un hospital naval y acomodación de la tripulación de un escuadrón. Cuando termina la guerra, las islas vuelven a la paz y tranquilidad de costumbre.
Escocia se situaba en posición estratégica, a veces por el aislamiento de ciertos lugares, otras como vía de suministro y repostaje de barcos o combustible para trayectos realizados desde el Norte. También como puerta hacia el cielo, sirviendo de bases aéreas seguras. Llegaron a haber más de 25 bases navales, y más de 90 aeródromos.
Esos remotos lugares de las Highlands se emplearon para entrenamiento de muchas unidades militares clandestinas británicas e incluso polacas, que fueron completamente desconocidos por la inteligencia alemana.
Cerca de Edimburgo, en el estuario del Forth (Firth of Forth) se puede avistar una medida defensiva, estructuras anti-submarino, que se aprecian al bajar la marea, uniendo la isla de Crammond con tierra firme.
En la isla todavía se pueden observar edificios militares de defensa. Todo ello para proteger el estuario.
En el s. XIX se construye un túnel en Edinburgh para uso ferroviario, una gran obra de ingeniería para la época, que acabó en desuso y abandonado. Este túnel todavía sigue presente por debajo de una calle, Scotland Street.
Durante la segunda guerra mundial el túnel se utilizaría de nuevo en caso de establecer una emergencia o un ataque aéreo, con acceso a agua fresca y sistemas eléctricos. Hasta 3.000 personas podrían resguardarse ahí.
En muchas islas de Escocia, la Segunda Guerra Mundial se deja ver con las frecuentes baterías de disparo protegiendo las costas escocesas, o baterías anti-aéreas.
En la siguiente foto podéis verme dentro de una estructura protegiendo una zona costera (Islas Orkney).
Scapa Flow es una bahía situada en el sur de las Islas Orkney, resguardada por completo por escollos e islotes, y los canales que forman entre si están bloqueados con redes anti-submarino o cascos de barco hundidos, haciendo un asedio casi imposible al lugar.
Una zona muy segura para la Royal Navy. Se emplea como base en la 1ª Guerra Mundial. Aquí fueron hundidos más de 50 barcos alemanes, y que todavía continúan hundidos 9 (lugar muy popular para el buceo hoy en día).
En la Segunda Guerra Mundial, Escocia la volvió a utilizar como base. Punto muy estratégico ya que desde ahí, los navíos de guerra británicos dominan el acceso hacia el Mar del Norte y las grandes rutas del Atlántico.
En Octubre de 1939 se encontraba fondeado el HMS Royal Oak, el orgullo de la Armada Británica, que fue torpedeado por un submarino alemán. A raíz de este trágico suceso, en 1940, se ordenaron construir las “Barreras de Churchill” , una serie de 4 calzadas que unen diferentes islas, y así crear una defensa naval para proteger Scapa Flow.
Estas barreras fueron construidas por presos italianos capturados en una campaña en el Norte de África, entre ellos se encontraban unos pocos españoles.
También construyeron una capilla muy peculiar, llamada “Italian Chapel”.
https://escociatours.com/tour/islas-orcadas-inverness-highlands/
Parece que la carrera militar y armamentística en los últimos tiempos nos está arrojando por momentos a un abismo, esperemos que nunca se cumpla una visión de Albert Einstein: “La 4ª Guerra Mundial ocurrirá con palos y piedras”.