Escocia es un país lleno de lugares y enclaves únicos que descubrir. Desde sus casi 3.000 castillos, hasta sus paisajes y maravillas naturales, no hay rincón en Escocia que no desprenda magia y misterio. Acompáñanos en este viaje por los monumentos de Escocia más destacados, ¡empezamos!
Los 3 monumentos de Escocia más visitados
Con la cantidad de lugares que hay para visitar en Escocia, es normal que se quede alguno en el tintero (y tengas la excusa perfecta para volver). Sin embargo, los turistas tienen claro qué monumentos de Escocia no pueden faltar en su viaje y los han convertido en los más visitados del país.
El Museo Nacional de Escocia
El National Museum of Scotland es uno de los monumentos de Escocia que te permitirá profundizar un poco más en la historia del país para conocer desde sus orígenes geológicos hasta nuestros días.
El museo se divide en cinco grandes secciones que se distribuyen a lo largo de los cinco niveles de la construcción: la sección de arte, la de Escocia, la de las culturas del mundo, la de la ciencia y la tecnología y la sección de la naturaleza. A través de ellas podrás conocer cómo ha ido evolucionando Escocia en cada uno de estos ámbitos.
Una visita que no te puedes perder, sobre todo si vas con niños, ya que se lo pasarán en grande.
El Castillo de Edimburgo
Ya te lo adelantamos en nuestro anterior post sobre qué ver y qué hacer en Edimburgo, Edinburgh Castle es uno de los monumentos más importantes de Escocia y uno de los lugares preferidos por los turistas de todo el mundo. ¡Motivos no le faltan!
Su posición estratégica, en lo alto de Castle Rock, lo convirtió en el centro de disputas militares entre Inglaterra y Escocia. Precisamente por esto, el castillo tuvo que ser reconstruido varias veces a lo largo de su historia hasta alcanzar el aspecto que presenta hoy en día.
En la parte alta de la fortaleza se encuentra la Plaza de la Corona, donde podrás visitar cuatro de sus edificios más importantes: el Gran Salón, el Monumento a los Caídos Escoceses, el Edificio de la Reina Ana y el Palacio Real. En este último se exhiben lo que los escoceses denominan como los Honores de Escocia: la corona, el cetro y la espada que se utilizaron en la coronación de la Reina María Estuardo en 1543.
La Galería Nacional de Arte
Ubicada en la colina The Mound, este llamativo edificio neoclásico acoge la colección de arte más amplia de toda Escocia que alberga obras que van desde el Renacimiento hasta nuestros días. Además, la visita a este monumento de Escocia es gratuíta.
La Galería se divide en tres plantas. En la planta baja y la superior se pueden contemplar obras de grandes pintores europeos desde el siglo XVI hasta el XIX como Tiziano, El Greco, Velázquez, Rembrandt, Rubens, Van Gogh, Monet, Cezanne o Gauguin. En la planta superior se exponen colecciones de pintores italianos y de los Países Bajos anteriores a 1530. Una de sus joyas es “La virgen y el niño” de Rafael.
Por último, en la zona del sótano se ubica la colección de arte escocés y algunas exposiciones temporales que van variando periódicamente.
3 monumentos históricos de Escocia para descubrir el país
Escocia es un país lleno de historia y buena prueba de ello son todos los castillos y edificaciones que a día de hoy se conservan. Estos monumentos de Escocia son la mejor forma de teletransportarnos al pasado para conocer a fondo la historia escocesa.
El Castillo de Stirling
En la parte más alta de Stirling, una de las ciudades medievales más bonitas de toda Escocia, se encuentra otro de los monumentos importantes de Escocia, el castillo de Stirling. Si sus paredes pudieran hablar seguro que nos contarían historias sobre asedios, coronaciones de reyes y reinas y banquetes que se alargaban hasta entrada la noche.
El castillo fue residencia real de los Estuardo desde finales del siglo XI hasta principios de la Edad Moderna y se convirtió en uno de los protagonistas de las guerras de independencia de Escocia respecto a Inglaterr, ya que allí se libraron batallas como la del Puente de Stirling o la de Bannockburn.
En la actualidad podrás disfrutar del mayor salón de banquetes construido en un castillo escocés, la capilla Real donde fue coronada María Estuardo, la famosa galería de las cabezas plagada de rostros de monarcas o los jardines de la reina Ana. La guinda del pastel son las vistas panorámicas que tendrás si te asomas a las murallas del castillo. Por algo se decía que quien dominaba el Castillo de Stirling dominaba Escocia.
El Castillo de Urquhart
A pesar de estar completamente en ruinas, este monumento en Escocia se ha convertido en una de las imágenes más reconocibles del Lago Ness y en un lugar bucólico donde pintores y poetas van a buscar inspiración.
El primer clan que habitó el castillo fue el de los Durward y, aunque a lo largo de su historia cambió varias veces de manos inglesas a escocesas, a principios del siglo XVI se convirtió en propiedad de los Grant, una de las familias con más poder de las Higlands. Sería a finales del siglo XVII, durante la guerra de independencia, cuando los ingleses arrasaron el castillo para evitar que cayera en manos de los jacobitas.
Desde ese momento no se ha vuelto a reconstruir pero, aún así, a día de hoy puede visitarse por dentro y subir a su torre para contemplar todo el Lago Ness.
El Castillo de Eilean Donan
Justo donde se unen los tres lochs de las Highlands (el Loch Duich, el Loch Long y el Loch Alsh) aparece un puente de piedra que conduce a la pequeña isla de Donan donde se encuentra este monumento de Escocia. Un enclave único para un lugar lleno de leyendas.
En el siglo VI llegó a la isla el obispo irlandés Donan pero, no fue hasta el siglo XIII, cuando se construyó la primera fortificación. Un dato curioso es que, durante el levantamiento jacobita, el castillo fue ocupado por soldados españoles que apoyaban a los jacobitas. ¿El resultado? Las fragatas británicas bombardearon la fortaleza hasta que los españoles se rindieron. Aún así, cuenta la leyenda que por los pasillos del castillo todavía deambula el alma de uno de los 46 soldados españoles que murieron durante estos ataques.
En 1911, John MacRae-Gilstrap, descendiente del clan MacRae, lo compró y empezó a restaurarlo para devolverle todo su esplendor.