Existe vida en Escocia más allá de Edimburgo, de sus icónicos castillos o de sus lagos de leyenda. Estamos hablando de lugares auténticos y llenos de encanto por los que merece la pena salirse un poco del camino establecido. Acompáñanos en esta pequeña ruta por los pueblos más bonitos de Escocia.
Descubre Escocia y sus pueblos más bonitos
La geografía escocesa está plagada de lugares espectaculares que quitan el aliento pero, al margen de sus increíbles paisajes y naturaleza salvaje, hay un montón de pequeñas aldeas que roban el corazón de todo aquel que las visita.
Culross
En cualquier lista que consultes sobre los pueblos más bonitos de Escocia siempre encontrarás a Culross entre los primeros puestos. ¡Motivos no le faltan! Este pintoresco pueblo, ubicado en el fiordo de Forth, se encuentra a tan solo una hora de Edimburgo y Glasgow y destaca por sus casas de piedra que parecen sacadas de un cuento y sus calles empinadas y adoquinadas.
Esta aldea, que parece anclada en el tiempo, le debe mucho al comercio del carbón, material que abundó en la zona y que fue el motor principal de su economía allá por el siglo XVII. Hoy en día vive del turismo y es también un escenario habitual en películas y series. ¡Ahí va una curiosidad! Los fans de Outlander seguro que reconocen sus callejuelas como parte del pueblo ficticio de Cranesmuir.
Jedburgh
En el sur de Escocia, una de las zonas más olvidadas por los turistas, se encuentra esta pequeña localidad fronteriza con Inglaterra. Escenario de las frecuentes invasiones de los ingleses durante el medievo, su arquitectura es el mejor reflejo de esta época convulsa. Fortalezas, torres, murallas y abadías fantasma dominan el lugar.
No te quedes sin ver la abadía de Jedburgh, construída por el rey David I de Escocia en el 1138, el Castillo que en el siglo XVIII se convirtió en cárcel o la casa donde María Estuardo se alojó cuando cayó enferma en una de sus visitas al conde de Bothwell.
Fort William
A los pies del Ben Nevis, la montaña más alta del Reino Unido, se encuentra Fort William, otro de los pueblos más bonitos de Escocia. Visitarlo es descubrir una cara diferente del país, una más deshabitada y salvaje en la que predominan los parajes verdes y las aguas azules de su lago.
Fort William, además, es conocido por ser un lugar imprescindible para cualquier excursionista y por su interesante oferta de actividades al aire libre entre las que se incluyen desde descensos por los rápidos de sus ríos hasta tranquilos días de pesca. Después de la aventura no pierdas la oportunidad de probar la comida típica de Escocia en alguno de sus pubs tradicionales.
Crail
Este pequeño pueblo escocés lo tiene todo para colarse entre los favoritos de los turistas. La esencia marinera que se respira nada más llegar, su encantador puerto, las casas de los siglos XVII a XIX, su chocolate o su peculiar forma de vivir el arte hacen que sea un habitual de todas las listas de pueblos de Escocia con encanto.
Si estas razones todavía te parecen pocas, debes saber que es también la ubicación perfecta para llegar a la isla de May, a donde acuden las focas cuando se acerca la época de cría.
Portree
La primera imagen que ofrece Portree parece sacada de una postal. Sus casitas de colores en primera línea de mar reflejándose en el agua han convertido a la capital de Skye en uno de los pueblos más bonitos de Escocia. Sus paisajes, valles, colinas y su costa escarpada no hacen más que confirmarlo.
Pero lo bueno no acaba aquí, es el lugar perfecto para disfrutar de un buen plato de pescado fresco o de marisco.
Otros pueblos bonitos de Escocia
Quedarnos con tan solo cinco de los pueblos más bonitos de Escocia nos sabía a muy poco. Por eso, aquí te dejamos algunos más.
Pittenweem
A unos 15 minutos en coche de Crail, encontrarás otro pueblo de pescadores lleno de encanto. Por algo la zona del East Neuk de Fife es una de las mejores para visitar los pueblos más bonitos de Escocia.
Pittenweem destacada por sus peculiares casas de tejados rojos o pizarra gris, restauradas por el National Trust, que flanquean el histórico puerto. No puedes perderte tampoco la casa señorial Kellie Castle o la cueva de St. Fillan, un santo que tenía el poder de curar a los enfermos con su brazo izquierdo.
Lerwick
La capital de las islas Shetland, esas islas perdidas entre el Mar del Norte, el Océano Atlántico y el Mar de Noruega, es un pueblo escocés con alma vikinga. De hecho, cada año se celebra el UP Helly Aa, el festival del fuego en el que se rinde homenaje a la herencia vikinga del país.
Independientemente de su interesante historia, Lerwick puede presumir de unos paisajes de cuento entre los que se encuentran restos arqueológicos de la edad de bronce, como Clickimin Broch, o los imponentes acantilados de Knab.