Existe un lugar en el norte de Escocia donde los paisajes salvajes, casi inmunes a la mano del hombre, conviven con una potentísima historia que ha resistido con firmeza al paso del tiempo. Estamos hablando de las Islas Orcadas y, en este post, te invitamos a descubrirlas.
¿Dónde están las islas Orcadas?
Las islas Orcadas, o como se conocen inglés Orkney Island, es un archipiélago situado al norte de Escocia. Concretamente, a 16 kilómetros de la costa de Caithness, una de las regiones menos conocidas de las Highlands. Su relativa cercanía geográfica a Escandinavia ha influenciado mucho su cultura. Por eso no es de extrañar que se respire espíritu vikingo en cada rincón.
El archipiélago está formado por unas 70 islas, de las cuales, 20 están habitadas actualmente. La más grande, con una superficie de 523,25 kilómetros, y la que más población acoge, en torno a un 75% de los habitantes de las Orcadas, es Mailand. Allí también se encuentran las dos principales ciudades del archipiélago: Kirkwall, el asentamiento más grande y el centro administrativo de las islas, y Stromness.
¿Cómo llegar a las islas Orcadas?
Con el transporte terrestre descartado, las únicas opciones que quedan para ir a las islas Orcadas es vía aire o mar. En cualquier caso tendrás que llegar hasta Kirkwall o Stromness, el corazón del sistema de transporte del archipiélago, con conexiones aéreas y en ferry.
Aunque existen algunos vuelos hasta Orcadas desde puntos como Edimburgo, Glasgow, Aberdeen o Inverness, la forma más económica y tradicional de llegar hasta este archipiélago es en ferry.
Una vez allí, si quieres viajar por tu cuenta, lo mejor es alquilar un vehículo para moverte con comodidad. Por otro lado, si prefieres dejar atrás las rutas turísticas y explorar los rincones más auténticos del archipiélago y los lugares que no aparecen en las guías de viajes puedes contratar nuestro tour por las Islas Orcadas. Una opción ideal para disfrutar de Orkney Island de una manera inolvidable.
¿Qué ver en las islas Orcadas?
Las islas Orcadas en Escocia son un auténtico paraíso del neolítico. En ellas encontrarás dramáticos paisajes, museos y estructuras que te transportarán hasta nuestro pasado más antiguo.
El corazón Neolítico de Orcadas
Si por algo son famosas las Islas Orcadas en Escocia es, sin duda, por el Corazón Neolítico de Orcadas. Un conjunto de lugares arqueológicos increíbles que, desde 1999, ya son Patrimonio de la Humanidad. Cuatro yacimientos que, junto a otros cercanos, nos acercan a una parte importantísima de esta región de Escocia.
Skara Brae
Es probablemente el asentamiento neolítico mejor conservado de toda Europa Occidental y un imprescindible en tu viaje a las Islas Orcadas. Fue descubierto en 1850, gracias a una tormenta y, desde entonces, se ha convertido en uno de los lugares favoritos de turistas y arqueólogos. Sus nueve viviendas neolíticas y la reconstrucción de las mismas son las culpables.
Maeshowe
Esta tumba de cámara, construida hace cinco mil años, fue el lugar de descanso de las élites de la comunidad neolítica. Las inscripciones rúnicas y los grabados de sus paredes, así como las menciones a ella en varias sagas nórdicas, hacen pensar que también fue un lugar famoso durante la Edad Media.
Standing Stones of Stenness
De las doce piedras que conformaban este círculo, hoy solamente quedan cuatro. En su interior se cree que habría dos hogares y más piedras que, probablemente, se usaron para enterramientos. Junto a este monumento se pueden conocer también los restos del poblado neolítico de Barnhouse.
Ring of Brodgar
Es un enorme henge neolítico con un círculo de piedras muy bien conservado. De los sesenta monolitos originales, quedan en pie más de la mitad. Además de esto, consta de una zanja con terraplén y de numerosos enterramientos del Neolítico e incluso de la Edad del Bronce. Aunque la visita siempre es espectacular, contemplar la puesta de sol la hace todavía más mágica.
Los brochs
Los brochs son unas estructuras únicas de la zona norte y noroeste del país. Se trata de edificios en forma de torre cilíndrica que se construyeron durante la Edad de Hierro como viviendas, refugios o almacenes.
Uno de los más famosos, y mejor conservados, es el Broch de Gurness, al norte de Mailand. Allí también podrás descubrir el conjunto de viviendas que en su día tuvo adosadas conformando un poblado con un tamaño más que aceptable. Además, las vistas del Eynhallow Sound son de otro nivel.
Los vestigios de las Guerras Mundiales
A pesar de su relativo aislamiento, las Islas Orcadas no pudieron escapar a ninguna de las dos Guerras Mundiales. La bahía de Scapa Flow se convirtió en lugar estratégico ideal donde la flota británica tendría su base principal durante ambos conflictos.
Las barreras de Churchill
Tras el hundimiento del HMS Royal Oak por parte de un submarino alemán en Scapa Flow, se construyeron, durante los primeros meses de la II Guerra Mundial, estas barreras para proteger los accesos a la bahía. Entre 1940 y 1944 estos accesos se bloquearon completamente con barreras permanentes de piedra y hormigón que hoy unen la isla principal con las pequeñas islas del sur de las islas Orcadas.
La capilla italiana
Las barreras que acabamos de mencionar fueron construidas, en gran parte, por prisioneros italianos que el ejército británico había capturado durante la campaña en el norte de África. Estos prisioneros se agruparon y construyeron uno de los monumentos más originales de las Islas Orcadas en Escocia: la capilla italiana.
Kirkwall, la capital de las Orcadas
La capital de las Islas Orcadas todavía mantiene la esencia vikinga de sus fundadores que empezaron a asentarse en ella sobre el año 1000. En 1486, poco después de incorporarse al reino de Escocia, se convirtió en burgo real. Hoy en día es el mayor núcleo de población y el lugar ideal para encontrar restaurantes, pubs, museos o alojamiento.
Sus lugares más destacados son el museo de Orkney o los Palacios del Conde y del Obispo. Mención aparte merece la catedral de St Magnus. Esta joya de la arquitectura románica es la iglesia más septentrional del Reino Unido, por lo que también se la conoce como «La luz al Norte».