Irlanda del Norte, Croacia, Islandia y hasta España han sido algunas de las localizaciones que el equipo de Juego de Tronos ha elegido para rodar los 73 capítulos que componen la serie. Pero, ¿sabías que George R.R. Martín utilizó varios episodios reales de la historia de Escocia como fuente de inspiración? En este post te contamos la unión que existe entre Juego de Tronos y Escocia, ¡y sin spoilers!
Ruta de Juego de Tronos en Escocia: 3 lugares que inspiraron a George R.R. Martin
Escocia es un país lleno de historia, magia y misterio. Un lugar perfecto para que cualquier escritor pueda inspirarse y encontrar nuevas ideas para sus historias. El autor de Juego de Tronos no dudó en visitarla para indagar más en sus leyendas y descubrir sus fantásticos paisajes. ¿El resultado de esta investigación? Una saga mundialmente conocida con millones de libros vendidos y una serie que arrasa entre el público y la crítica.
El valle de Glencoe
Cualquier ruta por las Highlands tiene que incluir, sí o sí, una parada en el impresionante valle glaciar de Glencoe. La magnitud de sus paisajes, el verde de sus campos y la majestuosidad de sus montañas conviven con una historia estremecedora que ha hecho que muchos lo conozcan como “el valle de las lágrimas”. Y como a George R.R. Martin le gusta más una historia escabrosa que a nosotros un tour por Escocia, tomó prestado este episodio de la historia de Escocia como fuente de inspiración para escribir una de las escenas más crudas, sangrientas y memorables de todo Juego de Tronos. ¿Ya sabes de cuál estamos hablando? ¡Sin duda, de la Boda Roja!
En 1691, el rey Guillermo III ofreció a los clanes de las Tierras Altas el perdón después de haberse rebelado en su contra para devolver el trono a Jacobo II. ¿La condición? Tenían que jurarle lealtad antes del 1 de enero de 1692. Los clanes accedieron, pero un contratiempo hizo que el jefe de los Macdonald de Glencoe entregara el juramento tarde. Aún así, los MacDonald acogieron en sus tierras a más de cien soldados del clan de los Campbell. El castigo no se hizo esperar y, la madrugada del 13 de febrero, las tropas asesinaron a más de 30 miembros del clan de los MacDonald y otros tantos murieron intentando escapar en lo que hoy conocemos como la “masacre de Glencoe”.
El castillo de Edimburgo
La masacre de Glencoe no es el único capítulo de la historia de Escocia que Martin escogió para idear la Boda Roja. En su ruta de Juego de Tronos por Escocia el autor también se inspiró en la “Cena del toro negro”, un hecho que tuvo lugar en el castillo de Edimburgo.
En este caso tenemos que remontarnos al año 1440. En ese momento, el clan de los Douglas era el más poderoso de todas las Highlands escocesas y su influencia, cada vez mayor, no paraba de incomodar a la realeza. ¿Te suena de algo? Exactamente lo mismo que ocurría con los Stark en las primeras temporadas de Juego de Tronos.
Para ponerle solución, el rey Jacobo II invitó al conde Douglas y a su hermano pequeño a una cena en el castillo de Edimburgo. El menú incluía la cabeza de un toro negro, un símbolo de la muerte, que no pudo ser más presagiador. Terminada la cena, los hermanos fueron sometidos a un falso juicio y sentenciados a muerte. Como ves, por mucho que la historia de Juegos de Tronos parezca totalmente fantástica, ¡la realidad siempre supera a la ficción!
El muro de Adriano
A unos kilómetros al sur de la actual frontera entre Escocia e Inglaterra se encuentran los restos del muro de Adriano, el proyecto más extenso y ambicioso que se construyó durante la época del Imperio Romano. De hecho, según la UNESCO, la muralla abarcaba “desde la costa atlántica del norte de Gran Bretaña, a través de Europa hasta el Mar Negro, y desde allí hasta el Mar Rojo y por el norte de África hasta la costa atlántica”. Con una longitud de 5 mil kilómetros, el muro sirvió originalmente para delimitar las fronteras del Imperio Romano. Los motivos que impulsaron su construcción fueron, entre otros, la resistencia a la expansión romana de las tribus escocesas.
Aunque actualmente se ha perdido buena parte de la antigua muralla, George R.R. Martín confesó que fue en una visita a los restos del muro cuando se imaginó por primera vez cómo podría ser el Muro de Invernalia.
Castillos de Juego de Tronos en Escocia
Escocia es la tierra de los castillos por excelencia y la mejor prueba de ello son sus más de 2000 fortificaciones. Por eso, no es de extrañar que entre los escenarios de Juego de Tronos en Escocia se incluya alguno de ellos.
El castillo de Doune
Aunque muchos de los paisajes y castillos escoceses parecen sacados de la serie, lo cierto es que solamente hay una localización de Juego de Tronos en Escocia. La elegida fue el castillo de Doune, muy cerca de Stirling, una de las ciudades más importantes de Escocia.
Durante el episodio piloto de Juego de Tronos, el castillo de Doune se convirtió en Invernalia, la casa de los Stark. Puede que al principio te cueste un poco reconocerlo ya que los escenarios están bastante retocados. Pero, lo cierto es que la mayoría de las escenas se rodaron en el patio exterior del castillo. Lo que seguro sí logras identificar son la cocina y el gran comedor donde tiene lugar el banquete de bienvenida a Robert Baratheon.
Pero en el castillo de Doune no solo se rodó Juego de Tronos. Este escenario ya tiene una cierta experiencia ante las cámaras y en su currículum podemos encontrar películas como “Los caballeros de la mesa cuadrada” o series como “Outlander”.